viernes, 27 de mayo de 2016

Coleccionando cicatrices


Recuerdo tu encanto. La sonrisa tonta. El esperanto en tu espalda. Tus ojos. La voz que calmaba a las arpías. Me tendiste la mano. En la tempestad de mi pasado. Pensé que eras cielo. Y me cobijé tras tus alas. Me enamoraste. Luego faltaste. Una y otra vez. Me visitaron los demonios en tu ausencia. Me preguntaron por ti. Caí en sus redes. Me mostraste que mi corazón también latía. Para rompermerlo después. Aprendí a echarte de menos a plazos. A esperarte. Por sí volvías. Y mientras perderme entre las garras de mi mente. Que oscuridad. Y que cárcel. Yo aguardando por tu regreso. Y tú mientras viviendo. Quiero aclarar. Siempre me gustaron las sombras. Las ruinas de mis errores. Mis ojeras. Lidiar con mis demonios. Siempre fui un desastre. Esperaba ser el tuyo. Pues escribo por engañar a soledad. Soy de pluma. De amar alocadamente. De verdad. Caigo y me levanto. Entre tanta espina. No voy a engañarte. Ando celebrando que estoy viva. Cuando la vida mata. He tropezado a cada paso. Te he conocido. Y he creído necesitarte para escapar de este infierno. Cuando lo cierto es que nunca he salido de él. Y por eso soy feliz a veces. Te mentiría si te dijera que no te estoy queriendo. El dolor siempre me ha estado haciendo trizas. Me equivoqué. Creí en amor verdadero. Un recíproco.
Ahora dejame decirte que. Huiré del amor por no errar más.



No hay comentarios:

Publicar un comentario