sábado, 29 de octubre de 2016

Despedirme y volver a componerme a través de una canción. Crecer a ras del compás. A destiempo. En un contrapunto. Ser la tesitura tras el agobio de las calles. Las rutinas. Los amores a corto plazo. Like living in Guantanamera. Ser esa colgada; la del canto. El desgarro. Sí es que muero para volver al vuelo. A mi nido de sonetos. Y es que siempre estoy haciendo malabares a ras del abismo. Siempre siendo impuntual. Para la resignación. Yo digo que levantemos la bandera. Si revolución aprieta. Que se duerman los XXI sí faltan principios perdidos. Manifiesto mi gusto por el galope. Por las llamas. Tal es mi enamoramiento por la sensación libertad. Ahora que sé que es ser emigrante. Dentro de un sistema de inviernos. Supongo que esa es la magia de vivir. Y yo fijándome en los claros. Mientras a mis pies todo es tranvía. Pasos rápidos. Luces de policía. Y yo celebrando carnavales. Escribiendo aventuras a máquina de escribir. Cuando el mundo clama por Dios. Sí es que siempre fui a contracorriente. Amiga del ajeno. Paseando por la avenida del barquito de canela. Escuchando a poetas. Pagando mi compromiso con el arte. Fiel a los recargos de la factura. Que las letras acomodan.

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